Museo de Arte Popular “José Hernández”
Avenida del Libertador 2373
Ciudad de Buenos Aires
Domingo 5 de febrero de 2012
Lo que distingue a los buenos músicos, más allá de sus condiciones técnicas en la ejecución de un instrumento, es el sentimiento que imprimen a las melodías que interpretan. Podemos llamarlo de diversas maneras, “estilo”, “ángel”, etc., pero esta peculiaridad, por sutil que sea, es clave en la identidad del artista. Rubén Mirés (guitarra) y Javier Moreira (Charango y ronroco) son dos jóvenes que vienen realizando una obra interesante con búsquedas y hallazgos sorprendentes en el rico mundo de la música latinoamericana.
Durante la temporada veraniega, la Ciudad de Buenos Aires también ofrece alternativas artísticas de calidad. La presentación del Dúo Mirés – Moreira parece adelantar un año de excelentes propuestas en tal sentido. El comienzo del recital es bien andino, comenzando con el bailecito Subida, de Ernesto Cavour. En esta obra, el dúo exhibe una muy buena conjunción de ambos instrumentos, potenciada por ligeros arreglos, respecto a otras versiones, que dan un nuevo atractivo a la melodía. La segunda obra es Urubamba, cueca compuesta para el conjunto del mismo nombre por Jorge Milchberg. La sencillez de la versión en charango y guitarra, lejos de contrastar con la original, se potencia en el arte de Rubén y Javier. El vals Quiero ser tu sombra (H. Quattromano / Z. Alcayaga), que ha conocido distintas versiones para charango, suena fresco y vivaz en la ejecución de Javier Moreira.
Javier Moreira
La música barroca europea también tiene su correlato en las cuerdas americanas: una hermosa versión de la Bourré, perteneciente a la Suite N° 4 de Johann Sebastian Bach (1685-1750) denota la dedicación del dúo en la conformación de un repertorio variado y una rigurosa ejecución que no pierde calidez en ningún momento. Hay algunas sorpresas en el concierto: la primera es la chacarera La nadita, de Atahualpa Yupanqui . Aquí se nota la influencia de Jaime Torres en la manera de interpretar en charango las obras de raíz folklórica argentina. La introducción de Allegretto, de Mauro Giuliani, destacado compositor italiano (1781-1829) da lugar a la segunda sorpresa: el estreno de Opus 1, compuesta e interpretada por Javier Moreira en charango barítono (ronroco). Esta hermosa obra nos trae reminiscencias del folklore argentino de regiones andinas que se fusionan con temas de la música culta europea. Opus 1 exhibe una lograda amalgama de vivacidad e introspección muy apreciada por el público presente.
En la cueca tradicional La bolivianita, guitarra y charango se complementan a la perfección, logrando ritmo y melodía sin que se note la ausencia de instrumentos utilizados en versiones de otros músicos. Por su parte, Laberintos , de Mirés y Moreira, es una composición que surge de improvisaciones entre ambos músicos y que bien podría acoplarse al lenguaje cinematográfico, aunque vale por sí misma en su exquisito entramado musical. Esta música nos sugiere sendas trazadas por cada instrumento, que se entrecruzan y conducen a un paisaje que se disfruta como viajando, sin pensar en el destino de ese viaje.
Rubén Mirés
Las melodías que cierran el concierto pertenecen a sendos músicos chilenos que si bien pertenecen a diferentes períodos de la historia del país andino, tienen en común la búsqueda de un lenguaje musical rupturista pero que a su vez contiene claves de la tradición. En La partida, de Víctor Jara (1932-1973), la guitarra de Rubén Mirés logra vuelo propio, a través de sutiles pero interesantes variaciones de los arreglos instrumentales, otorgando un aire renovado a esta hermosa obra. No menos interesante es la versión de Camino a Potosí, de Freddy Torrealba, (nacido en 1966 y que logra notoriedad internacional en la década de 1990); en este tema es notable la fuerza interpretativa de Rubén y Javier, para dar el broche de oro a una velada artísticamente impecable.