Por Leila Leuco Molan
Runa Kausay es un dúo de sikus formado por ecuatorianos provenientes de Salasaka, quienes explican su origen y los secretos del instrumento por excelencia del altiplano.
Juan Carlos y Orlando son oriundos de Salasaka, Ecuador, y conforman el dúo de sikus Runa Kausay. Contemplar a estos artistas en conexión con su propia música crea una red sutil que me une y transporta al Altiplano. Juan Carlos explica: “Este instrumento proviene de las culturas aymara y quechua y data del Imperio Preincaico e Incaico. El origen de la palabra siku proviene de la lengua aymara de la zona del norte de la región de Puno, Perú. En quechua se denomina antara y en español zampoña.
¿Por qué zampoña?
Es una deformación de la palabra sinfonía. Los aborígenes del Alto Perú entendieron que así se llamaba a la música de los conquistadores españoles y comenzaron a interpretarla en siku, al pretender transmitir que lo que ejecutaban era una sinfonía; por la dificultad idiomática, la palabra terminó deformándose. El siku es un instrumento de viento compuesto de trece a quince tubos de caña de diferentes tamaños; los pequeños emiten sonidos agudos y los grandes graves, y están yuxtapuestos y ensamblados a manera de quena o flauta de pan. Las boquillas de cada tubo están cortadas en coronilla y la parte inferior de cada caña se encuentra tapada por el nudo natural que sirve como fondo de la intensidad del aire que ingresa por el tubo. Hoy se construye en diferentes tipos de caña, como la chuli o boliviana, bambú y tacuara.
La cultura precolombina, ¿en qué material construía el siku?
En cerámica y huesos de animales o personas. Orlando agrega: “El siku más sencillo consta de una sola hilera de tubos. Otro modelo es el que se construye agregando una segunda hilera paralela a la sonora, que está totalmente abierta en su base porque tiene como función modificar el sonido, y se llaman tubos resonadores.”
¿Por qué los sikuris o personas que ejecutan el siku suelen decir “los sikus deben interrogarse con mucha armomía entre ira y arka”?
La unidad par de siku se ejecuta como tratándose de una conversación armónica entre dos personas. Las preguntas y respuestas desarrolladas entre el siku ira y el siku arka interactúan en diálogo, por encontrarse las notas musicales en ambas partes del instrumento, lo que se llama Irampi Arkampi, Jaqthsiñapa o intercambio recíproco de sonidos. Ira es el que va adelante o macho, y arka es el que le sigue o hembra. De esta manera el siku ira de seis tubos es considerado macho y el siku arka de siete tubos, la hembra.
Ira proviene del vocablo aymara irpiri, que en español significa “persona que conduce o guía”, por lo que es el que da el inicio y finaliza la melodía. Arka significa “seguir, ir tras otro”; Arka lleva en su estructura de sonidos musicales el complemento de sonidos del siku ira. En el pasado el siku tomó parte de hechos sociales, religiosos, políticos y militares. En la actualidad se encuentra en eventos religiosos y sociales, y se utiliza como método de relajación, ya que emite un sonido suave similar al silbido de un pájaro. La zona de la Cordillera de los Andes compartida por Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador y Perú es el lugar autóctono donde se ejecuta el siku. Es notable la influencia que han tenido los diferentes conjuntos de sikus, principalmente en el hemisferio norte, cuyos pobladores se interesaron por los acontecimientos de esta región de Latinoamérica, involucrándose en ellos a través del siku. En consecuencia, hoy vemos que el siku es usado en diferentes géneros como baladas, folklore, música celta, reggae, jazz, tango y otros.
Una vez más comprobé que nuestro cuerpo es un instrumento de cuerdas, viento o percusión en el que la música resuena y nos conecta con la vida, es runa kusay o el vivir del hombre.
Publicado por gentileza de su autora.
Artículo editado originalmente en la revista “Sensazzione Prima”, Abril de 2009
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