El joven artista chileno nos habla de su primer disco, con una fuerte impronta personal y, a su vez, referencias a grandes artistas latinoamericanos.
Con esta introducción del artista comenzamos a analizar el flamante disco. Un sensible poema en la voz del artista introduce la primera melodía: Semilla. La creativa introspección de Bruno aflora en cada acorde del charango, brindándonos emotivas sensaciones. Para toda la vida desgrana diferentes sonoridades que sensibilizan al oyente desde el comienzo sutil a los intensos rasgueos que se suceden hasta los suaves acordes con la que finaliza. Honesta comienza con las notas punteadas de manera suave y expresiva. Más adelante esos toques se alternan con una melodía más intensa y rasgueada, sin perder el carácter calmo que caracteriza el estilo del artista. Poco antes del final, el tema adquiere un breve crescendo con el que cierra.
La dedicación y prolijidad con que Meschi encara cada una de las obras redunda en el pleno disfrute por parte de la audiencia. En Aquella melodía encontramos reminiscencias de canciones andinas, así como también elementos propios que el músico se ha encargado de crear de manera alegre y con gran sentido armónico. Al igual que en otras composiciones, Amar y ser amado comienza con acordes casi sigilosos, originando en el oyente la expectativa por lo que vendrá. El tono reposado continúa en Más allá del sol, que posee un interesante desarrollo musical.
P: A través de las diferentes melodías podemos apreciar un estilo propio, una manera de componer y de tocar. ¿Esto ha sido posible a través de una búsqueda consciente o simplemente va aflorando a medida que realizas cada tema?
R: De todas maneras la búsqueda ha sido consciente. De hecho, desde que me propuse trabajar en un disco en homenaje al Charango mi propuesta siempre fue, partiendo de la base del respeto e inspiración de las raíces del charango, desarrollar una conversación entre el lenguaje tradicional andino del instrumento con mi propio idioma. De hecho, el disco fue terminado tras finalizar un viaje de investigación y aprendizaje por Bolivia (la cuna del charango), en el cual pude conocer y relacionarme con importantes exponentes de la construcción, interpretación, enseñanza y difusión del charango, quienes, en mi paso por su país, me explicitaron su apoyo en mi proyecto y proceso musical.
En "Charango" también hay lugar para los homenajes. El primero de ellos nos recuerda al maestro boliviano Ernesto Cavour (1940 - 2002), una de las figuras ineludibles de la música sudamericana. Bruno Meschi interpreta Subida siguiendo la recreación del grupo Inti-Illimani, plena de detalles. De los brotes a la flor comienza con el canto a capella del propio intérprete. Poco después se suma el charango en sugestiva y rítmica canción, transmitiendo un mensaje optimista que rezuma madurez.
Chusakeri, poblado altiplánico cercano a Oruro, ha inspirado al artista a entonar una canción al estilo boliviano, acompañándose del dulce sonido del charango. Violeta Parra (1917 - 1967) es otra de las grandes creadoras de nuestra región. Su apasionada labor en las artes (poesía, pintura, bordado y composición musical, además de la importante recopilación folklórica en los campos chilenos) decantó en obras tan únicas como universales. De ellas, Bruno eligió recrear Gracias a la vida, que la propia Violeta grabó acompañada de su charango. La versión, lejos de recursos grandilocuentes, conmueve profundamente como sincero tributo a una de las grandes personalidades de la música chilena y latinoamericana.
P: Elegiste homenajear a dos grandes personalidades de la música de nuestra región, Ernesto Cavour y Violeta Parra. ¿Qué te inspira de estos creadores musicales?
R: En primera instancia, el homenaje a Ernesto Cavour es una forma de agradecimiento por su legado y reconocimiento de su valor histórico en el desarrollo del charango. Además, guardo especial afecto por el tema Subida (el cual interpreto en su homenaje) pues fue uno de los primeros que aprendí cuando niño y que nunca dejé de tocarlo. Por otro lado, quise homenajear a Violeta Parra, quien fue una importantísima recopiladora, artista y persona, a quien guardo una profunda admiración, en honor al trabajo que hizo con la música de raíces y como una de las responsables de la difusión del charango en mi país. Además, con Gracias a la vida también tengo una memoria que quise mantener; a mi abuelo le encantaba oírla cuando se la tocaba, y estos son de los últimos recuerdos que tengo con él.
Déjate caer a la tierra cierra el disco a puro ritmo. Canto, charango y bombo se unen en un aire de chacarera que, una vez más, brinda al oyente la fuerza expresiva de un gran artista.
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