(C) 2011 - 2023 Hugo Rodríguez V.

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domingo, 23 de junio de 2013

Conversaciones con Luis Mery, charanguista serenense (Parte II)


 




Luis Mery  clasificó con dos temas al Concurso de composición musical “Luis Advis”: “Nuevos vientos”, en “música folklórica” y “Pewen” en “música popular”. Ambas forman parte de su segundo disco “Composiciones para charango” (2012).En esta segunda parte de la entrevista realizada en Coquimbo, Chile, el compositor e intérprete serenense nos comparte sus inspiraciones para las melodías que componen este interesante trabajo.




Pewen

Es un homenaje al pueblo mapuche, tengo mucha admiración por él, por sus luchas, por sus reivindicaciones. De hecho mis hijos se llaman Nahuel y Rayen,  que son dos palabras mapuches que de alguna manera trato de mantener, de preservar, y no falta quien me pregunta qué significan esos nombres.

 
Nahuel
Es un homenaje a mi hijo de dos años, quien aparece en el disco. Charango con cuerdas metálicas. Especie de fuga, misma melodía alternando charango primero y charango segundo
Maestro Pastén
 Jorge Peña Hen (La Serena, 1928- 1973) es precursor de la Escuela de Música Latinoamericana, de las orquestas en los colegios. Peña Hen fue un soñador que trabajó con el Maestro Pastén. Don Jorge dijo que en el mundo había muchos niños con talento musical, o sea, pescó (se dio cuenta) y se fue a meter en todas las poblaciones marginales  y tomó niños talentosos y se los llevó, creando la Orquesta de Niños de La Serena. La asoció a la Escuela de Música Experimental que hoy día lleva su nombre. Jorge Peña Hen no tenía plata para comprar instrumentos (estamos hablando de los años 60 y algo), entonces le traía un violín al Maestro Pastén, que trabajaba en la Universidad y le decía: “mire, así son los violines. Háganos uno así”. Y este Maestro Pastén le hacía violines, así, con madera. Lo que él quería es que los niños estudiaran la técnica del instrumento, no le importaba tanto la sonoridad. Quería que el niño aprendiera a tocar el arco, la posición de la manito…Entonces el maestro le hacía estos violines rústicos, violas, cellos…todo lo hacía el Maestro Pastén. Cuando me contaron esa historia yo sentí una gran admiración por este señor. A Jorge Peña Hen lo mataron en la Caravana de la Muerte, aquí en el Regimiento Arica: lo fusilaron. De regreso de uno de estos viajes con los niños  a Cuba lo acusaron de haber traído armas dentro de las fundas de los instrumentos. Pienso que quienes lo acusaron no pensaron en las consecuencias que ello traería para Jorge Peña Hen.
Sentí mucha admiración por este caballero, el Maestro Pastén; cuando yo estudiaba música él estaba allí, en los pasillos, y yo le decía: “Maestro, ¿cómo está” y cuando estaba más viejito, ya  a punto de jubilar, no veía bien. Yo estudiaba en la Universidad y trabajaba, ya tenía mi autito, así que le decía: “Ya, suba, Maestro, que yo lo voy a dejar en su casa”. Desde mi tribuna muy humilde, un pequeño reconocimiento. Y cada vez que puedo, cuando doy un concierto, cuento la historia del Maestro Pastén, para que se conozca. Siempre se habla de Jorge Peña pero ha habido mucha gente que lo ayudaba en sus proyectos, y entre ellos estaba el Maestro Pastén.
Jorge Peña Hen en 1970
(foto: Wikipedia / Dominio público)
 
 
 
 
Romero con olor a Parra
Es un profesor de música que me acercó al mundo del charango. Se llama Luis Romero Parra, entonces a este tema yo le puse “Romero con olor a Parra”. Posee un solo de charango. Yo le dije a un allegado: “necesito que el profesor Romero vaya al concierto”. Lo importante es que llegó el momento de tocar, me siento, miro así de lado y lo veo que estaba sentado. Y viene el momento de tocar “Romero con olor a Parra”. Y cuento la historia de mi relación con mi profesor de música; hasta hoy día siento un gran respeto por él. Y lo tocamos. Después el viejo se me acercó, estaba feliz. Me abrazaba, me decía: “Lucho, te pasaste, nunca pensé que alguien podría hacerme algo así”. Le pasé un disquito y se lo dediqué con admiración.
Nuevos vientos (autor: Francisco Vergara)
Francisco me comentó que le había puesto “Nuevos vientos” porque sentía que en su vida venían nuevos cambios, otras oportunidades, presentando nuevos proyectos.
 
Luis Mery
 


Canción para Segundo

Cuando estaba trabajando en este disco se murió uno de mis mejores amigos de la Universidad, que fue Segundo Uribarren, y él era muy amante de la saya, del caporal, de Los Kjarkas, le encantaba toda esa música. Tomaba una guitarra y te tocaba la discografía completa de Los Kjarkas; el hombre le ponía talento y emoción, con un vaso de vino…era un tipo muy especial. Tocaba bronces, se iba para Ayquina, San Pedro de Atacama, a la Fiesta de la Candelaria o a Andacollo, y podía estar dos o tres días tocando bronces, trompeta, y bailaba en la fiesta de la Virgen… Un tipo muy alegre. Yo perdí contacto mucho tiempo con él. Después por unas fotos por ahí lo vi medio mal, pregunté a otros amigos, y al final él estaba alcoholizado. Perdió vínculos. Yo preguntaba: “Oye, ¿y el Negro?” “No, el Negro está mal…”, y una vez que yo venía conduciendo me llaman y me cuentan: “Oye, se murió el Negro”. Yo agarré mi bus y me fui para Copiapó, porque él era de allí. Se había muerto de cirrosis al páncreas. Murió joven, más joven que yo, unos treinta y cinco años tenía. Yo estaba trabajando en este disco y me faltaba un tema. Una noche me senté aquí, cuando la familia ya se había ido a dormir, me puse a tocar y surgió un tema pa’l Negro. Hice un intento porque fuera un tema alegre pero no salió así porque yo tenía mucha pena, era un gran amigo, así que salió una tonada bien melancólica.

Teresita
Teresita Gachón es una folklorista de aquí, de La Serena. Cuando nosotros entramos a estudiar música, la malla curricular dentro del primer año incluía Folklore. Tú te imaginas que los jóvenes que entran a estudiar música no le encuentran mucho sentido al folklore… Los que entran a estudiar música es porque les gusta la pedagogía y la música. Queríamos tocar instrumentos y toda esa cuestión. Te ponen a bailar cueca, tonada, y como que nosotros no valoramos el aporte que realizaba esta profesora, todo lo que nos enseñaba. Y yo siempre pensé que esa asignatura debería estar al final de la carrera., porque además nos sirve mucho para ejercer la docencia. De hecho yo sé bailar cueca, pero debería haber conocido otras danzas. Y ella nos las enseñó en primer año, con lo cual como no la valoramos, yo sentí en el proceso que ella había sido una tremenda pérdida, un desaprovechamiento de nuestra parte. Pero a ella la sentí siempre muy vinculada al folklore. De hecho yo no tuve una relación muy directa con ella, pero ya en mi práctica me acerco y le digo “sabe, profesora, necesito unos audios para mis clases de danzas” y ella me invita a su casa. Sentí que cuando le hablaba de folklore ella sentía que era lo más maravilloso en la tierra. Era una forma de reconocer su labor, aunque es una mujer cuya labor es muy reconocida en la región. El grupo de músicos que lleva por nombre “Teresita Gachón” es un homenaje a esta folklorista regional. Tiene una vinculación con lo que han hecho Margot Loyola y Violeta Parra porque cantaba, tocaba, investigaba. Yo le compuse una tonada.

 
 

Aruni (autor: Antonio Moreno)
Aruni es un homenaje de Antonio a su hijo. Javier Aruni se llama.
Rockrroco (Luis Mery / F. Vergara)
“Rock” + “ronroco”. Yo hice una cosa como “bien desordenada”. Tárara, tárara, tírara, como siete octavos, cinco octavos…y yo decía: necesito algo bien potente, golpes de platillo, y una guitarra eléctrica podríamos meterle. Entonces (Francisco) me dijo que él había compuesto un tema con guitarra eléctrica y de hecho si ustedes escuchan el tema hay una parte que comienza con un arpegio y en esa parte viene la guitarra eléctrica. La fusión del rock con el ronroco da lugar al “Rockrroco”…
Andacollo
Andacollo está muy vinculado a mí, porque he vivido varios años en esa comuna. Mi papá está radicado en Andacollo. Es una tierra por la que yo siento mucho cariño porque de una u otra forma nos dio el sustento. Estuvimos radicados seis o siete años allí. Y después todas las fiestas íbamos. Yo sentí que de alguna forma tenía que hacerle un reconocimiento a este Andacollo. Es un tema que comienza con flautones chinos, que son muy representativos de ese baile con tambor (Fiesta de la Virgen de Andacollo). Sobre esa base rítmica yo hice una creación para dos charangos y guitarra.
“Hacer música también es un arte, hacer algo especial. Trato de hacer algo más, hacer llegar un mensaje, un concepto, una idea de vida, el reconocimiento a una persona, enseñar palabras, relatar historias. Detrás de toda obra tiene que haber algo.  Si te preguntan por una obra no puedes decir “pucha, me levanté esta mañana, se me ocurrió y lo hice”. Te levantaste, sí, pero a lo mejor lo hiciste desganado o algo se te vino a la mente. La música no puede surgir sólo de un sentimiento de inspiración “mágica”. Tiene que haber algo más. Esto me ha traído satisfacciones en los conciertos, que si bien no duran más de media hora, pero todos estos otros elementos que van enriqueciendo la dinámica del concierto te dan una sensación de, más que estar como músico ante el espectador, como reunirte a conversar un poco, hablar de música y sobre esa base tocar. Como un complemento al diálogo, como un valor agregado. “
 
 
 
Agradecemos especialmente a Luis Mery y Sergio Reyes Lagos

 

viernes, 21 de junio de 2013

Conversaciones con Luis Mery, charanguista serenense (Parte I)

 
 
 

Luis Mery Castro (La Serena, 1967) es un destacado músico y docente. Lo conocimos en 2012 en Valparaíso, durante el Festival Internacional Charangos del Mundo. Hoy Luis nos recibe en su casa de Coquimbo (capital de la IV Región chilena), donde conversamos ampliamente sobre diferentes temas relacionados con su labor artística.
A diferencia de lo que aconteció en otros países de la región, en Chile el charango alcanzó su máxima difusión a través de composiciones de raíz urbana ¿Qué opinas sobre este tema? ¿Estás de acuerdo con esta aseveración?
De hecho, aquí al charango le decimos “charango citadino”. Yo siento que aquí en Chile el charango no tiene directamente el vínculo con la tierra, sí con la ideología, con el pensamiento. Por ende, se vincula principalmente con una ideología, en este caso la ideología de la Nueva Canción Chilena, donde surgen estos movimientos y los temas que hasta hoy día los tenemos presentes: la desigualdad social, la problemática de la educación, todos esos elementos que son temas de ciudad. Aquí es donde aparece el charango “seguidito” del pueblo, enraizándose en esas propuestas. Es el charango citadino como tú lo señalas, un canto urbano cuyo referente son los Inti-Illimani. No puede desconocerse en Chile la influencia que ha tenido Horacio Durán en la música de charango. O vemos lo que pasa con Héctor Soto, otro de los referentes del charango en nuestro país. Por supuesto, tenemos otros intérpretes más actuales, pero si vamos a los orígenes, puedo aseverar que siempre ha estado ese vínculo con lo urbano.
Horacio Durán


En tu primer CD “Los sonidos de los charangos” (2008) podemos disfrutar de una obra artística y didáctica, ya que utilizas diferentes charangos en composiciones propias y de otros autores ¿Cómo ha sido concebida esa obra? ¿Qué repercusiones ha tenido el disco?
Fue concebido a partir de mostrar unas sonoridades de diferentes tipos de charangos presentes en América Latina. Algunos consideran que el charango puede ser boliviano, otros que es peruano. Para mí, personalmente, el charango es latinoamericano y se encuentra vivo en diferentes ciudades y países. Tenemos en Perú el charango ayacuchano, el kalampeador, tenemos variedades regionales en Bolivia y un charango argentino muy tocado, muy utilizado allá. Y aquí en Chile tenemos, como estábamos hablando, un charango de ciudad, con una técnica un poco más estilizada quizás. Por ello, porque existen distintos charangos con sonoridades distintas, el disco se llama “Los sonidos de los charangos” y no “El sonido del charango”. Y dentro de lo que era mi vivencia con el charango, lo que había podido conocer o aprender del charango hasta ese minuto, es lo que pude plasmar en el disco. Hay unos arreglos de una obra de Bach (Invención en La menor), eso lo hice yo por el vínculo con la guitarra clásica que había estudiado tantos años, y quedó bastante bueno.

 
Luis Mery junto a integrantes del grupo Amaru de Tinta
(Valparaíso, 2012)
Hay un título que llama la atención: “Villa Grimaldi”, tristemente célebre centro de detención de la dictadura militar, hoy reconvertido en Parque por la Paz. Cuéntanos tus motivaciones para realizar una composición acerca de este sitio.
Había fallecido la mamá de mi amigo Antonio Moreno. Yo estaba en Maitencillo, a unas dos horas de Santiago. Me contactaron para avisarme la noticia y fui. Me levanté temprano, a las siete de la mañana, y a las diez estaba en Santiago. Fuimos al funeral y luego nos juntamos varios amigos. Nos quedaban unas horas libres en la capital. El ómnibus partía a las nueve de la noche, por lo que faltaban unas dos horas. Ya habíamos pasado penas y dijimos: “bueno, sigamos pasando penas”, y fuimos a conocer Villa Grimaldi. Fue tanto el impacto de haber estado en ese lugar… La misma gente que hace el recorrido por la zona es la misma que ha estado detenida en ese lugar. Hay marcas en donde tú te puedes sentar: allí ha estado sentada gente esperando pasar a la pieza donde la iban a torturar. Te contaban lo que había pasado y no podías dejar de sentir lo que había pasado muchísima gente en ese predio. Tiene una carga de emociones muy grande, muy fuerte. Esto sumado a la pena por la mamá de mi amigo me inspiró este tema, que comienza con un arpegio, una reflexión sobre ellos, y a ello se le van sumando otras sonoridades que después termina en un grito contenido: “cha, cha, chan”, “cha,cha, chan”. Una sonoridad fuerte que después pasa a una melodía, como una alegría que se fue este tirano que mató tanta gente…y viene el reencuentro con nuestra gente. Fue una experiencia de vida fielmente reflejada en el sonido. Creo que “Villa Grimaldi” refleja muy bien el sentido que tuve en ese viaje.
 
En abril de 2012 has podido compartir con músicos latinoamericanos la experiencia del Festival Internacional Charangos del Mundo, realizado por primera vez en Chile. Cuéntanos tus impresiones sobre este evento.
Yo me quedé muy gratamente sorprendido porque conocía el charango boliviano, el charango peruano, pero no conocía esta experiencia del charango argentino. Y tuve la oportunidad de compartir con mucha gente que venía de Argentina, que tocaba. Había un chiquillo que bailaba, Alejandro Varela, quien me sorprendió con su charango, con una “musicación rara” que traía. Lo encontré muy bueno, me sentí muy grato. Respecto a haber compartido con gente del mundo del charango, ya había tenido tres o cuatro experiencias, pero lo novedoso fue haber escuchado a artistas como Ramón Álvarez, quien cantó la famosa “Santiago querido”. Y además haber conocido a unos chiquillos muy agradables, como los luthiers que llegaron de allá, gente con la que hasta hoy nos contactamos, nos saludamos. Me acuerdo también de Eloy Vázquez con su quena, gente muy agradable. A  la mayoría de los charanguistas de Chile, y más específicamente de Valparaíso, los conocía porque habíamos compartido algunas experiencias. En general la experiencia fue muy buena. Estoy esperando que crezcan un poco más mis hijos para volver a “desaparecerme” de mi casa por una semana… (risas)
 

Alejandro Varela
 
Ramón Álvarez
 
Eloy Vázquez
A finales del año pasado apareció tu segundo CD “Composiciones para charango”, presentada en toda la región de Coquimbo. ¿Han surgido posibilidades de presentarla también en el exterior?
Siempre intenciones hay, y propuestas, lo que pasa es que de la propuesta al hecho a veces se truncan las cosas. Especialmente por el tema de los recursos: nosotros somos siete músicos y eso no es fácil. En la sociedad chilena todo es caro: tú quieres trasladarte de un lugar a otro y, hablando de pasajes de ómnibus para todas estas personas, estamos hablando de doscientas lucas (unos 400 dólares), súmale a eso alojamiento, comida, a no ser que surja una invitación de una institución. Ahora, fuera del país es un poco más complejo. Se suele invitar a los consagrados y no a los que de a poco se van haciendo el camino. Yo siento que aún estoy en esa línea. No me siento consagrado, sí tengo un prestigio, un conocimiento, harta gente que escucha y conoce mi trabajo, pero ahí estoy, pues. Si nos llaman, convoco a mis músicos y ahí vamos, armamos el concierto. Ya hemos dado diez o doce conciertos; nos juntamos y ensayamos acá (en su casa) y “armamos el cuento”… Queremos seguir trabajando y proyectando la labor, no nos quedamos así… El primer disco tuvo poca difusión, pero en esta nueva propuesta quiero involucrar mucha música del primer disco. Este nuevo disco lo hemos tocado en diferentes ciudades, hemos viajado a todas las comunas de aquí.
¿El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes apoya sólo la edición del disco o también su difusión?
El disco tiene el elemento de producción: el multicopiado, el diseño de carátula, afiches de concierto y además incluye conciertos de lanzamiento. Este proyecto contemplaba tres conciertos, y nosotros hemos dado como nueve. Esta vez hubo más recursos. Yo con los músicos no trabajo si no les pago. Como yo pido que me paguen no puedo decirles a los músicos “vamos a tal lugar pero no hay plata…”
¿Cómo recibió el público este disco nuevo?
Bien, hay mucha gente a la que le ha gustado mucho, me lo piden por correo. Cuando voy (a los conciertos) vendo harto. De hecho en el último había muchos cabros (muchachos) que me lo pedían: “¿a cuanto?” “A luca” (mil pesos chilenos = dos dólares). La idea era que se lo llevaran. A los cabros les gustó pero no tenían lo que valía el disco. Y esta es música original, tiene un valor agregado. Ojo, no le quito valor a otras músicas, pero vale la creación, la originalidad. De hecho mi señora a veces regala algún disco. Yo he regalado alguno de mi primera obra, pero de este último disco no, porque hay mucho trabajo en él.

sábado, 8 de junio de 2013

Inti-Illimani publica "La máquina del tiempo", recuento de sus 45 años de vida

 
Alerce CDD 0546-7
Edición chilena

Historia

El célebre conjunto chileno Inti-Illimani nace en 1967, integrado por estudiantes de la Universidad Técnica del Estado (actual Universidad de Santiago de Chile, USACH). Era una época de florecimiento de peñas folklóricas y gran efervescencia política.  La primera formación estable del conjunto la integran Pedro Yáñez (director), Jorge Coulon, Max Berrú, Horacio Durán y Horacio Salinas. En 1968 Yáñez deja el grupo y se incorpora Ernesto Pérez de Arce, asumiendo Salinas la dirección musical. Este último elenco es el que graba los primeros cinco discos de Inti-Illimani.

El conjunto experimenta varios cambios de integrantes, entre ellos el retiro de Pérez de Arce y la incorporación de José Seves en 1971 y la incorporación de Marcelo Coulon en 1978 en lugar de José Miguel Camus, que se había sumado al conjunto seis años antes. Sus primeros discos (Si somos americanos e Inti-Illimani, ambos de 1967) no permitían vislumbrar aun el enorme potencial del grupo. Recién con la publicación de Autores chilenos (1971) Inti-Illimani parece descubrir un estilo propio bien definido, en gran medida gracias  a la labor de Luis Advis, notable compositor que estuvo a cargo de los arreglos de las canciones. Otra faceta de los Inti, la interpretación de música de raíz folklórica andina, está presente en los álbumes Inti-Illimani (1970) y Canto de pueblos andinos (1973). El golpe de Estado de septiembre de 1973 encuentra a los jóvenes integrantes del conjunto en una gira por Europa, donde deberán residir forzosamente entre ese año y 1988. En una primera etapa regraban el repertorio de canciones de contenido político y las melodías andinas. Posteriormente incorporan otras sonoridades mixturando elementos melódicos sudamericanos y mediterráneos.

En Chile

En 1988, los Inti regresan a su patria, participando en la campaña política por el “no” a la continuidad del dictador Augusto Pinochet en el poder. Entre 1989 y 2001 se produce la reinserción del grupo en el mercado cultural chileno. En este último año integran el conjunto Horacio Salinas, Horacio Durán, José Seves, Jorge y Marcelo Coulon y los jóvenes Efrén Viera y Daniel Cantillana. Debido a desacuerdos en la continuidad artística del grupo, se retiran Salinas y Seves, ingresando Manuel Meriño y Christian González. Un año después se incorpora Juan Flores y aparece el CD “Lugares comunes”. En 2004 se origina un pleito por el nombre Inti-Illimani, aun sin resolver, entre dos facciones surgidas de una raíz común: Inti-Illimani, dirigido por los hermanos Coulon, e Inti-Illimani Histórico bajo la conducción de Horacio Salinas.

 

La máquina del tiempo

Inti-Illimani ha celebrado sus cuarenta y cinco años de vida con dos conciertos en el santiaguino Teatro Caupolicán, anticipando los temas de este disco, grabado en la Sala Master de la radio Universidad de Chile con renombrados músicos de este país. Una de las novedades más importantes es el regreso a su antiguo sello editor Alerce, cuyo fundador, Ricardo García “se la jugó” en plena dictadura militar publicando a buena parte de los artistas chilenos prohibidos. Con una cuidada estética gráfica y musical, Inti-Illimani nos cautiva a partir del primer tema, el instrumental Rondombe,(Manuel Meriño) con la participación del percusionista de Illapu, Sidney Silva. Nano Stern, cantante y compositor nacido en 1985 colabora vocalmente en el lindo tema Negra presuntuosa, de Andrés Soto, grabado originalmente por el conjunto en el disco “Amar de nuevo” (1998).  Arrurrú la faena, creación de Nelly Lemus y Roberto Márquez nos permite apreciar la labor compartida por los grupos Illapu (a cuyo repertorio pertenece) e Inti-illimani. Esta hermosa obra, compuesta en ritmo de albazo (música mestiza originaria de la sierra ecuatoriana) fue grabada por el grupo antofagastino en 1987.

Alexis Venegas, nacido en Arica en 1982, es un artista dedicado al canto de raíz latinoamericana. En 1988 obtiene enorme repercusión al ganar el Festival Víctor Jara con su canción “Posiblemente la verdad”. Ha compartido escenario con grandes trovadores: Vicente Feliú, Alejandro Filio e Ismael Serrano. En esta ocasión se suma a una nueva versión de la mítica huella Juanito Laguna remonta un barrilete, de Hamlet Lima Quintana y René Cosentino, inspirada en la creación del pintor argentino Antonio Berni. Luis Le-Bert (n. 1956) es conocido como líder de la agrupación Santiago del Nuevo Extremo, surgida en 1978 en los circuitos universitarios. Lejos de aquellos años, la voz gastada de Le-Bert no parece la más indicada para cantar la hermosa canción El aparecido, dedicada por Víctor Jara a Ernesto “Che” Guevara en 1967.

La canción popular venezolana Allá viene un corazón, grabada por los Inti en 1979, es uno de los puntos más altos del primero de los dos discos que integran esta edición. Por otra parte, el compositor Joe Vasconcellos (n. 1959) comparte su inspirada obra Induce. Hacia el final de este disco, un popurrí de grandes creaciones: Tema de amor (de la película Cinema Paradiso) de Andrea Morricone, hijo del compositor Ennio, El surco, de Chabuca Granda, y A la caza del ñandú, de Manuel Meriño. Participa el exquisito músico de jazz Andrés Pérez Muñoz (n. 1983) tocando saxofón.

El segundo volumen trae un estreno: La siembra, aire de chacarera compuesto por Nano Stern y Manuel Meriño. Este tema ha sido elegido como corte de difusión e integra, en forma de video clip, el tercer disco, en formato DVD. Nano Stern participa en canto y violín junto a Inti-Illimani y los músicos Magdalena Rust, Alfred Newman y el citado Sidney Silva.

 
 
 
Nano Stern en el clip “La siembra”
 
(captura de video) © Inti-Illimani
 
Fernando Ubiergo, cantante nacido en Valparaíso en 1955, participa con su célebre creación Un café para Platón, que forma parte de un disco publicado originalmente en 1978. Illapu participa en la popular Señora chichera, mientras que Alexis Venegas aporta su Pie de cueca, compuesto por tres partes: Semilla, Dulce sureña y Mamita.
Takirari por despedida es otro de los inspirados aportes de Fernando “Nano” Stern conjugados magistralmente con las voces e instrumentos de los Inti. A Luis Emilio Recabarren (1968) pertenece a Víctor Jara y es un profundo homenaje a quien se considera “el padre del movimiento obrero chileno”. En esta parte del disco, la Nueva Canción Chilena se enlaza con su sucesor Canto Nuevo a través de En mi ciudad, la canción más difundida del conjunto Santiago del Nuevo Extremo. En esta oportunidad, Inti-Illimani comparte la interpretación junto a su creador, Luis Le-Bert.  El final del disco es a todo ritmo. Sidney Silva, a cargo de las percusiones, se suma a la canción La tarde se ha puesto triste, de los compositores cubanos Rodolfo y Pedro Luis Ferrer. Se cierra así un trabajo que si bien no sintetiza, y quizás no lo haya pretendido, los años artísticos de Inti-illimani, aporta valiosas versiones de viejas y nuevas creaciones.
 
Sitio oficial:
 
 

 

miércoles, 5 de junio de 2013

Damián Verdún y su apasionante universo sonoro


El talentoso compositor rosarino festejó su cumpleaños en un íntimo concierto, acompañado de dos grandes colegas y amigos: Viki Virgolini y Federico Ramonda.

 


Recital de Damián Verdún Trío

Casa de la Cultura

Fondo Nacional de las Artes

Rufino de Elizalde 2831

Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Martes 4 de junio de 2013
 
 

Escuchar y disfrutar el arte de Damián Verdún implica conocer un universo sonoro único, que sorprende, entretiene y se adentra en el alma de toda persona sensible a las expresiones musicales de nuestra cultura. Con una importante formación académica y nutrido de un entorno familiar enraizado en el mundo de la música, Damián descubrió en el charango un medio expresivo válido para transmutar sus sentimientos más íntimos en sublimes composiciones, además de versionar a importantes autores de nuestra tierra.

El recital de esta noche tiene un especial significado para Damián y su público: el festejo de un nuevo cumpleaños junto a sus acompañantes “de siempre”, llegados especialmente desde Rosario para sumar talento y emociones: Viki Virgolini (percusiones) y Federico Ramonda (bajo), quienes han colaborado en el primer CD de Verdún, Aguarriba.

Viki Virgolini
 
 
 
 
 
La primera obra que disfrutamos es Carnavalito del duende, célebre composición de Manuel José Castilla y Gustavo “Cuchi” Leguizamón. Cabe destacar la interesante adaptación para charango realizada por el recordado músico chileno-argentino Valdo Delgado.  Pedacito de río, del compositor entrerriano Carlos “Negro” Aguirre, nos trae los aires litoraleños de nuestra patria.
Fede Ramonda
 
 
Una obra en estreno, Luz en viaje, del propio Damián, devela importantes climas potenciados por el bajo y las percusiones de Fede y Viki, mientras que El porã, chamamé de Horacio Castillo suena bellísimo en el dúo de charango y bajo.
La colorada, chacarera de Atahualpa Yupanqui, es una obra que Damián aprendió del músico Héctor “Toro” Stafforini. El talentoso músico rosarino nos cuenta que él decidió realizar “una versión un poco loca”, que a nuestro juicio suena desprejuiciada y muy potente, mostrando aspectos lúdicos y musicales que enriquecen la obra  a partir de su sonoridad original. Una creación más reciente (año 2003) es Celador de sueños, de Raúl Orozco Arancibia, integrante del dúo Orozco – Barrientos, interpretada cálidamente por el trío.
 
 
 
Niño, una de las composiciones que integrará el nuevo disco de Damián, está dedicada a su novia Jimena. Si bien habíamos podido escuchar algunas interpretaciones de esta obra, en esta ocasión la misma alcanza su máximo esplendor, ya que al notable trío integrado por Damián, Viki y Federico se suma el eximio Hikaru Iwakawa, quien realiza impecables arreglos e improvisaciones en quena y zampoña a partir de la melodía original de Damián. En el video podemos apreciar lo que las palabras no alcanzan a definir en su totalidad.
Video: “Niño”
© Trova Andina y Damián Verdún
 
La importante energía desplegada amerita un descanso. El tema Ayni, compuesto por Damián tras su paso por el pueblo San Juan (cerca de Iruya, Salta) trae sonoridades más reposadas, vinculadas con el concepto filosófico de las culturas andinas. El vocablo “ayni” tendría cierta equivalencia con nuestra palabra “reciprocidad”. El joven compositor apela al ritmo de huayno mixturado con otras cadencias para crear una obra introspectiva y pasional.
 
Urbano, melodía que inspira el título del segundo disco de Damián Verdún, apela a una interesante experimentación sonora con aires rockeros, sin perder esa veta de raíz folklórica que caracteriza la obra de este talentoso músico. Viki Virgolini suma el bello sonido del cajón peruano, que se acopla perfectamente al concepto creativo de la composición. El tema en un momento parece acercarse a su final pero retoma suavemente la melodía central antes de sus últimos y contudentes acordes.
 

El tiempo asignado a la presentación del ponderado terceto llega a su fin. El público pide acaloradamente un bis, por lo cual los músicos deciden repetir su exquisita versión de Niño, cerrando un recital de excelente nivel artístico.

Hikaru Iwakawa
 
 
 

Página oficial:


 

Próximas presentaciones de Damián y Hikaru:

08/06/2013 ROSARIO: Túnel 4, Parque España (21 hs.)

27/06/2013 BUENOS AIRES: Espacio Tucumán, Suipacha 140 (20, 30 hs.)