(C) 2011 - 2023 Hugo Rodríguez V.

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lunes, 12 de noviembre de 2012

Andrés Izurieta y Tukuta Gordillo en Noche de Charanguistas

 
 
Noche de Charanguistas

Espacio Tucumán

Suipacha 140, Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Viernes 9 de noviembre de 2012
 
 


Como es habitual, los anfitriones del evento comenzaron tocando temas instrumentales como introducción a un programa de concierto de gran nivel. En primer lugar, Patricio Sullivan, en calidad de solista, recreó en ronroco su versión del clásico Adiós, Nonino, del recordado compositor marplatense Astor Piazzolla.

 
Patricio Sullivan
 
 

Junto a la guitarra de Juan Gau, Patricio recurrió a su charango mutante para entregarnos una obra vivaz, de linda melodía: Sons de Carrilhões. Es un choro de João Teixeira Guimarães (conocido como João Pernambuco) (1883-1947), compositor brasileño que investigó las raíces de la música nordestina, buen cantante, guitarrista y violista.

 
 Juan Gau

Nacido en Unquillo, provincia de Córdoba, Andrés Izurieta es guitarrista y charanguista. Recorrió buena parte del mundo con su arte, comenzando a tocar el primer instrumento citado, aunque la inesperada conexión del charango (en realidad ronroco) con la música flamenca aportó nuevas inspiraciones al talento de Andrés.
Andrés Izurieta
 


Desde París, donde reside, Andrés nos trae parte de su mundo musical en importantes recreaciones. Un primer tema propio, bulería dedicada a su hijo, se titula Para mi niño, el Ale. El músico demuestra actitud rockera en la manera de tocar, aunque rápidamente aparecen las raíces flamencas bien definidas. Con Juan Gau, Andrés aporta su versión de la Milonga triste, de Sebastián Piana y Homero Manzi, que puede apreciarse en este video.



Video: Milonga triste
(Gentileza Noche de Charanguistas)
 
 
Andrés denomina taranta (tema libre, "sin ritmo") a una interesante improvisación que incluye pasajes del célebre Concierto de Aranjuez (Adagio) de Joaquín Rodrigo. Por otra parte, la chacarera La juguetona, de los Hermanos Ábalos adquiere novedosas sonoridades, especialmente en la aparente coda solista y rápida que antecede a un gran final a dúo (ronroco y guitarra). También junto a Juan, Izurieta finaliza esta gran actuación con el tema Entre dos aguas, de Paco de Lucía.
 
 
 
La última parte del concierto trae una sorpresa: a difrerencia del formato habitual de este evento, el músico principal de la noche va dando lugar a distintos invitados, que se van acoplando a la singular e intensa actuación. El primer lugar le corresponde al Quinteto Huasamayo, de Tilcara (Jujuy), que nos presenta sendos temas de su primera profucción fonográfica, con un sonido bien tradicional y andino: La espera y Cueca del alma.

 
 
 
Quinteto Huasamayo
 
Aníbal Mamaní
 
 
 


 

 Aníbal Mamaní (vientos), los hermanos Daniel (batería), Silvestre (bajo) y Emanuel Pereyra (guitarra), junto a Lucas Gordillo (charango y vientos) conforman este excelente conjunto que, desde su tierra, apunta a "construir comunidad a través de la música". El tercer tema que interpreta es el vals venezolano El diablo suelto de Heraclio Fernández, con gran despliegue de cuerdas y redoblante.
 
Emanuel Pereyra
 
Daniel Pereyra
 
 
Esta fascinante música da pie a la presentación en escena de Tukuta Gordillo, anunciado como la gran atracción de la noche. Nacido en Maimará, vive actualmente en Tilcara. Junto al Quinteto Huasamayo interprtea el tema del acervo popular Karallanta y la creación propia Tilcara llajta sumaj (Tilcara, tierra buena). Camino a San Francisco es otro hallazgo en los instrumentos del Quinteto y Tukuta.


Tukuta Gordillo
 
Lucas Gordillo
 
De Tucumán llegan Adriana Tula (voz) y Peter Wurschmidt (guitarra) aportando lindas versiones de Zamba de Lozano (Leguizamón y Castilla) y Si llega a ser tucumana, zamba del Cuchi Leguizamón y Miguel Ángel Pérez.


Adriana Tula
 
 Peter Wurschmidt
 
 


 

 Marcos Testani, charanguista oriundo de Necochea, ciudad balnearia bonaerense, aporta bellísimas versiones junto a los chicos de Huasamayo y Tukuta Gordillo. Otro importante aporte de Marcos es la inminente realización del ciclo "Noche de charanguistas" en su ciudad.

 
 Marcos Testani
 
Silvestre Pereyra
 
Una lindísima y emotiva versión instrumental del Ave María con la destacada sonoridad de zampoña, charangos y guitarra es la primera versión conjunta. Le siguen Guanuqueando, del siempre vigente músico jujeño Ricardo Vilca, de quien se proyectan imágenes en homenaje y recuerdo.
 
 
 
 
El erke, trompeta de gran tamaño oriunda del Altiplano, es uno de los protagonistas principales de la Tonada para Remedios, de Willy Alfaro, que ha conocido importantes versiones como la de Tomás Lipán. El Quinteto Huasamayo junto a Tukuta y Marcos brindan una de las mejores recreaciones.

Aníbal Mamaní interpreta el erke
 
Para finalizar, un tema instrumental que ha sido conocido bajo diferentes títulos: Melodía del folklore boliviano o La diablada han sido los más comunes. El Quinteto lo presenta como 10 de febrero. Un cierre brillante para una de las mejores presentaciones del año.

 
 
 



NOCHE DE CHARANGUISTAS

Producción artística: Patricio Sullivan y Juan Pablo Gau

Coordinación y programación de auditorio: Roberto Zerdá

Sonido de sala: Horacio Salazar



Enlaces:
 

 



 
 
 
 
 


PRÓXIMO CONCIERTO (Último de la temporada 2012)
 

VIERNES 14 DE DICIEMBRE: FREDDY TORREALBA (Chile)
 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Quilapayún siempre






Cantata Popular Santa María de Iquique

y Canciones Fundamentales

Quilapayún





Actor invitado: Juan Palomino



Teatro SHA

Sarmiento 2255

Ciudad Autónoma de Buenos Aires






Sábado 3 de noviembre de 2012
 
 



 
El grupo Quilapayún nace en 1965 al fragor de los acontecimientos sociales y políticos que tenían lugar en todo el mundo. En Chile se diluía el híbrido llamado "neofolklore" y comenzaban a difundirse con mayor entusiasmo varios artistas cuya obra se englobaría años después bajo el rótulo "Nueva Canción Chilena". Víctor Jara y Ángel Parra contribuyeron de manera decisiva en la formación de los Quila, quienes, acorde a las nuevas tendencias, mostraban una valoración por lo chileno y lo latinoaméricano que se reflejaba en la búsqueda de nuevos repertorios. El grupo grabó importantes obras de raíz folklórica andina y temas revolucionarios de todo el mundo, logrando merecida popularidad que se traducía en buenas ventas de sus discos. Sin embargo, los integrantes de Quilapayún, dirigidos por Eduardo Carrasco, sentían la necesidad de encontrar nuevas formas de hacer música. La oportunidad llegó a fines de 1969 cuando tomaron contacto con uno de los músicos académicos más importantes del país.
 
 
 



                                                                                                                                                      Luis Advis, nacido en 1935 en Iquique ha sido profesor de filosofía y destacado compositor musical. Advis trabajaba en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile cuando comenzó a prestar atención a la nueva música popular que proponían Patricio Manns y otros jóvenes creadores. Creador de conciertos y otros estilos de música culta, Advis comenzó a tener necesidad de componer una obra con raíces populares apta para ser representada en las calles. Algunos poemas compuestos durante un viaje a su Iquique natal y las influencias de algunas obras teatrales para las cuales compuso música supusieron las bases de la futura cantata. Los sucesos acaecidos en la Escuela Santa María de Iquique en 1907 eran escasamente conocidos y casi no existía bibliografía al respecto. Sin embargo, a través del libro Reseña histórica de Tarapacá, Advis logró reconstruir aquellas páginas borradas en la historia "oficial" y transformarlas en la obra que hoy conocemos.

 
 



Quilapayún y Luis Advis se encuentran a principios de 1970 y comienzan a trabajar en los aspectos interpretativos de la Cantata, que se estrena en agosto de ese año,en el marco del Segundo Festival de la Nueva Canción Chilena. El éxito de la obra tiene múltiples lecturas: por un lado, trae a la memoria colectiva un hecho histórico deliberadamente ignorado durante décadas; gracias al talento de Advis y la maravillosa interpretación de Quilapayún, la obra trasciende fronteras. Por otro lado, la Cantata se realiza poco tiempo antes del triunfo de la Unidad Popular, que lleva a la presidencia a Salvador Allende. Si bien la obra de Advis no posee una relación manifiesta con los hechos de ese momento, el espíritu libertario de la Canción Final parece tener paralelismos con el período histórico que comienza a transitarse.


 
 
Ricardo Venegas (h)




 
 
Tras varios años sin representarla en Buenos Aires, Quilapayún nos trae la Cantata Santa María de Iquique con la presencia especial del actor Juan Palomino, de destacada actuación en la televisión nacional y como integrante del grupo de música afroperuana "Negros de Miércoles". Palomino demuestra ser el relator ideal para la Cantata, dando a la narración los matices exactos, sin exageraciones ni distorsiones del espíritu original de la obra. Quilapayún emociona a través de una obra perenne, cuyas canciones más aclamadas y emotivas son Vamos mujer y la intensa Canción final que sigue estremeciendo como si se escuchara por vez primera. Los integrantes originales del grupo Eduardo Carrasco y Carlos Quezada aportan su importante experiencia musical y escénica en una obra que, en cerca de cuarenta minutos, nos trae el relato una de las páginas más ominosas de la historia latinoamericana.
 
 
Juan Palomino
 
Carlos Quezada
 
 
Tras un breve receso, Quilapayún regresa a escena para recrear varias de sus Canciones Emblemáticas. Difícil selección tras 47 años de trayectoria, el grupo nos entrega naturalmente varias de las mejores páginas de su historia: uno de los primeros temas instrumentales del grupo es El canto de la cuculí, de Eduardo Carrasco, quien, curiosamente no participa en la interpretación. Cabe destacar la presencia de Danilo Donoso, percusionista invitado, quien forma parte de otro conjunto fundamental: Inti-Illimani Histórico. Siempre, grabada en el disco del mismo nombre en 2007 es una reafirmación de identidad que declara la buena salud de Quilapayún. Es una canción intensa, que no permite indiferencia.
 
Danilo Donoso
 
Víctor Jara, compositor popular que trabajó en la primera etapa de los Quila, está presente a través de su canción El cigarrito, cantada a dúo por Ricardo Venegas (h) e Ismael Oddó. El divertido son Juana la cubana, de Fito Olivares, invita--tal cual dice su letra--a divertirse bailando. Fernando Carrasco se destaca interpretando el bandoneón en esta linda canción.
 
Fernando Carrasco
 
Por otra parte, Ricardo Venegas e Ismael proponen singulares máximas de un supuesto LIbro de la sabiduría, con proposiciones humorísticas muy propias del grupo. A esta divertida actuación le sigue el hermoso tema instrumental Machu Picchu, de Hugo Lagos y Eduardo Carrasco, grabado en 1976. La distensión de estas propuestas sirve para presentar un tema fuerte: Manifiesto, la última canción grabada por Víctor Jara como testimonio de la larga noche que se avecinaba en Chile. Ricardo Venegas e Ismael Oddó tocan las guitarras, Rubén Escudero el charango, Ricardo Venegas (h) el bajo, quedando la voz solista a cargo de Carlos Quezada.


Rubén Escudero
 


Dice la historia que la primera canción que grabó Quilapayún ha sido La paloma. Y qué mejor ocasión que el reencuentro con el público porteño para recrear este tema tan festejado por los amantes de la música andina. De Chile nos vamos a México, a través del corrido Carabina 30-30, otro tema antológico de los primeros tiempos del conjunto. El tema instrumental Ventolera, verdadero estudio para quienes aprenden a tocar charango, aparece revisitado con aditamento de percusiones y bajo, lo que le da cierto aire rockero muy creativo.

 
 
 
Eduardo Carrasco
 
 
 
Mi Patria, canción compuesta durante el exilio de los integrantes de Quilapayún, se vio resignificada tras el terremoto del 27 de febrero del 2010, como llamado a reconstruir el país. Uno de los temas más emotivos de la noche, seguido de La muralla, famoso poema de Nicolás Guillén musicalizado por el grupo. Aquí se destaca la voz solista de Ismael.
 
Ismael Oddó

Rubén Escudero: "Abre la muralla"
 


Hacia el final, el festivo Malembe, compuesto como "conjuro" contra los dictadores. Ricardo Venegas muestra sus dotes actorales, mientras que Juan Palomino se incorpora al canto colectivo. El pueblo unido jamás será vencido, verdadero himno de las izquierdas latinoamericanas parece cerrar el concierto. Sin embargo, hay un par de bises para reconfortar a un público que esperaba largamente esta actuación de los Quila. El primero--a modo de homenaje a Armando Tejada Gómez, compañero de giras del conjunto chileno--es la famosa composición de Víctor Jara Te recuerdo, Amanda, en la voz solista de Rubén Escudero. Del mismo creador, otra canción que pone la piel de gallina: la Plegaria a un labrador, en la voz solista de Fernando Carrasco.
 

Ricardo Venegas